Libertad para elegir y decidir responsablemente. Condiciones y limites

La libertad humana empieza por la liberación de prejuicios, que es condición indispensable para elegir y decidir. La libertad es la facultad humana de dirigir el pensamiento y la conducta según los dictados de la razón y la voluntad del individuo, peor aceptando que existen normas que rigen la conducta y sanciones que se aplican a quien desobedezca. El uso de la libertad debe de ejercitarse responsablemente. Sin embargo, siempre han existido obstáculos que la limitan y, a veces, la cancelan

La libertad se ejerce dentro de condiciones y límites.

De seguro has visto la frase que se coloca en algunos sitios prohibiendo fumar, que dice “Tu libertad de fumar termina donde empieza mi libertad de respirar aire limpio”.

¿Cómo la entiendes?

Una de las definiciones de la palabra libertad, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, editado por la Real Academia Española es: “Es la facultad de hacer o decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres”.

De acuerdo con esta definición, la libertad tiene límites, ya sean legales (dispuestos en una ley) o convencionales (de acuerdo con normas y costumbres sociales). No es posible entender la libertad como hacer lo que nos venga en gana sin responsabilidades, sin el respeto a la libertad de los demás y a las leyes.

La libertad debe de entenderse como nuestro derecho a actuar sin restricciones, siempre que nuestros actos no interfieran con los derechos equivalentes de otras personas.

La libertad debe de entenderse como nuestro derecho a actuar sin restricciones, siempre que nuestros actos no interfieran con los derechos equivalentes de otras personas.

Pensar y dar cuenta de las decisiones.

Pensar significa reflexionar, analizar cuidadosamente antes de tomar una decisión entre varias opciones. Sabemos que podemos tomar una buena o una mala decisión. Para tomar una buena decisión debemos buscar información suficiente, objetiva y confiable sobre el tema; utilizar la razón (es decir, anticipar las posibilidades de éxito o certeza, los beneficios o riesgos para uno mismo y los demás) y contar con un referente ético (es decir, examinar las posibilidades de no causar daño a nadie por la toma de una decisión equivocada).

Se deben de asumir las consecuencias de la decisión tomada, es recomendable actuar con autonomía y plena libertad, sin permitir que otros tomen la decisión que nos corresponde, porque somos nosotros los que habremos de dar cuenta de los afectos de la decisión tomada.

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